Depresión postparto: por qué ocurre y qué hacer
Cada mujer atraviesa de modo diferente su maternidad. ¿Qué pasa cuando los sentimientos de depresión posparto y ansiedad postparto nos impiden conectarnos con nosotras mismas y con nuestro bebé?
La llegada de un recién nacido, en especial si se trata del primero, conlleva una gran variedad de sentimientos. La mamá experimenta amor, alegría e ilusión, pero también frustración y nerviosismo.
En las primeras semanas, e incluso varios meses después del parto, los cambios emocionales y físicos que implica el nacimiento y el cuidado de ese nuevo ser provocan frecuentes variaciones en el estado de ánimo. En algunas mujeres, los sentimientos de depresión postparto y ansiedad eclipsan la alegría de recibir a un nuevo miembro en la familia. Este trastorno del estado de ánimo tiene un nombre: depresión perinatal.
“La depresión perinatal se caracteriza por plantear muchas interrogantes: ‘¿Esto era lo que deseaba?’, ‘¿Cómo voy a seguir?’, ‘¿Voy a poder afrontar este proceso?’”, explica Pamela Mazza, licenciada en Psicología (MP 10738). Se genera un estado llamado labilidad emocional, una condición que provoca cambios repentinos en el ánimo, como pasar de la risa al llanto sin una razón concreta.
Es sabido que cada mujer atraviesa la gestación y su maternidad reciente de maneras diferentes. El conflicto surge cuando las emociones negativas predominan, impidiendo disfrutar de la maternidad. Por eso, es imprescindible que la mujer cuente con un espacio seguro donde pueda expresar sus emociones. “Que alguien la contenga sin juzgar lo que está transitando facilitará un ambiente seguro tanto para la mamá como para su familia”, dice Mazza. Es fundamental desmitificar a la madre ideal y aceptar que la maternidad perfecta no existe, y que recibir y brindar apoyo afectivo y emocional es clave.
Para evitar la labilidad emocional durante el puerperio es importante:
- Pedir ayuda y aceptar el apoyo del entorno.
- Repartirse las tareas de forma equitativa.
- Hablar de lo que se siente con personas de confianza. Llorar puede ser útil para liberar el estrés.
- Permitirse ser ambivalente. Es normal sentir angustia si se duerme mal, apenas se come o si el hogar es un caos.
Si la tristeza, la ansiedad postparto o la fatiga persisten; si la contención afectiva no es suficiente; o si el cuidado de sí misma y del bebé resulta abrumador, “es muy importante consultar con profesionales idóneos que puedan acompañar el proceso con las herramientas necesarias”, enfatiza Mazza.
Al momento de maternar, y si se atraviesa un proceso de depresión perinatal, es recomendable averiguar si existen antecedentes psicológicos o médicos similares en la familia. “Este dato es muy importante, ya que estos precedentes pueden estar afectando de manera indirecta el proceso”, explica la psicóloga. Conocer estos antecedentes permitirá un acompañamiento más integral, tanto para la madre como para quienes la apoyan.
Con la ayuda de un psicólogo, y en caso de ser necesario, un tratamiento farmacológico adecuado, la madre podrá recuperarse y retomar su vida. Lo importante es que sepa que no está sola y que hay formas de sentirse mejor.
La maternidad puede disfrutarse. Es fundamental pedir ayuda cuando la crianza resulte agobiante y saber que tanto la madre como el hijo merecen conectarse sanamente desde la felicidad y el afecto.
Conclusión
La depresión postparto es un trastorno que afecta a muchas mujeres y puede dificultar el disfrute de la maternidad. Contar con apoyo, hablar de los sentimientos y acudir a profesionales cuando sea necesario son pasos esenciales para superar este proceso. La madre no está sola, y con ayuda adecuada, puede recuperar su bienestar emocional y disfrutar de su maternidad.




