La carga mental invisible y su impacto en la salud emocional de las madres
Ser madre y hacer varias cosas a la vez parece casi un requisito implícito de la maternidad. Sin embargo, lo que llamamos “multitasking” no se limita a ejecutar varias tareas simultáneamente, sino también a cargar con múltiples pensamientos, pendientes y preocupaciones. Aun cuando una madre realiza una sola actividad, su mente puede estar anticipando lo que viene, repasando lo que falta, o resolviendo problemas que aún no ocurrieron.
Este tipo de atención dividida afecta la forma en la que se viven y se gestionan las tareas cotidianas. Y aunque puede dar la sensación de eficiencia, lo cierto es que se pierde hasta un 50% del foco atencional, lo cual impacta directamente en la calidad de lo que se hace y en el bienestar emocional de quien lo hace.
¿Qué consecuencias tiene el multitasking en la maternidad?
El multitasking prolongado puede llevar a errores en tareas sencillas, generar frustración por no poder llegar a todo con la calidad esperada, y fomentar una estructura familiar no horizontal. En otras palabras, la madre asume la mayor parte de la carga mental, sin una distribución equitativa con el otro progenitor o la red de apoyo familiar.
Además, este estado constante de alerta mental genera un agotamiento sostenido, que a largo plazo puede traducirse en síntomas de ansiedad, estrés crónico y una sensación de sobrecarga constante.
“Creemos que podemos con todo, pero no consideramos el costo invisible que esa exigencia trae consigo.” Cecilia Cerviño – Neuropsicóloga
El primer paso es reconocer que esta carga existe, que no es un problema de organización sino una consecuencia de asumir demasiadas responsabilidades sin compartirlas. Hablarlo con la pareja, con otros adultos involucrados en la crianza, y generar acuerdos claros y sostenibles, puede ser el inicio de una nueva dinámica más justa.
El objetivo no es que la madre “se relaje” mientras todo sigue igual, sino repartir la responsabilidad mental de forma más equitativa para que la maternidad no signifique renunciar al bienestar.
Conclusión
La maternidad no debería ser sinónimo de agotamiento constante. Aceptar ayuda, compartir responsabilidades y hablar sobre la carga mental es clave para preservar la salud emocional de las madres. Ser multitasking no debería ser una obligación, sino una opción. Y si esa opción genera más estrés que alivio, es momento de revisar y rediseñar las dinámicas familiares.