La importancia de cuidar la visión desde los primeros años
La salud visual es un aspecto fundamental del desarrollo infantil. Aunque solemos dar por sentado que nacemos viendo bien, la realidad es que la visión se adquiere progresivamente durante los primeros años de vida. Un adecuado desarrollo visual no solo influye en la capacidad de ver con claridad, sino también en el aprendizaje, la socialización y la coordinación motriz.
Desde el nacimiento, la visión evoluciona y se perfecciona con el tiempo. Un problema visual no detectado a tiempo puede impactar en el desarrollo cognitivo y social de los niños. Dificultades en la visión pueden afectar el rendimiento escolar, la interacción con otros y la capacidad de realizar actividades que requieren precisión, como la coordinación ojo-mano.
“No todo entra por los ojos, pero bastante. La visión es clave para el aprendizaje, la socialización y la conexión con el entorno”, explica el Dr. Martín Ertola.
Recomendaciones para una buena salud visual
Cuidar los ojos es más que evitar pantallas en exceso o protegerse del sol. Existen hábitos diarios que contribuyen a un desarrollo visual saludable:
- Alimentación equilibrada: Una dieta rica en vitaminas y antioxidantes favorece la salud ocular.
- Higiene adecuada: Lavarse las manos con frecuencia ayuda a prevenir infecciones oculares.
- Estimulación visual: Leer con buena iluminación, explorar la naturaleza y observar diferentes colores y formas fortalece la visión.
- Actividades al aire libre: La exposición a la luz natural contribuye al desarrollo visual y reduce el riesgo de miopía.
- Controles oftalmológicos regulares: Un chequeo anual es clave para detectar y tratar a tiempo cualquier alteración visual.
El ojo es parte de un sistema integral, por lo que su cuidado no debe verse de manera aislada. Adoptar hábitos saludables desde la infancia y realizar controles periódicos permite garantizar un desarrollo visual adecuado y prevenir futuros problemas.
Conclusión
La visión es un pilar fundamental del desarrollo infantil. Implementar cuidados tempranos y acudir a controles oftalmológicos anuales puede marcar la diferencia en el aprendizaje, la coordinación y la calidad de vida de los niños. La prevención y el acompañamiento adecuado son esenciales para asegurar una visión saludable a lo largo de toda la vida.