La importancia de la fotoprotección desde los primeros meses de vida La piel de los bebés y niños pequeños es especialmente sensible a la radiación solar. Su barrera cutánea aún está en desarrollo, lo que la hace más vulnerable a los efectos dañinos del sol. Por esta razón, es fundamental extremar los cuidados desde los primeros meses de vida y adoptar medidas preventivas para evitar la exposición excesiva.
Si tu bebé tiene menos de seis meses, e incluso hasta el año de vida, la mejor forma de proteger su piel es evitar completamente la exposición solar directa. Mantenerlos en espacios con sombra y asegurar una correcta hidratación son aspectos clave para su bienestar.
“La piel de los bebés es inmadura y mucho más susceptible a los daños solares. Por eso, la mejor protección es evitar la exposición directa y reforzar el cuidado con barreras físicas”, explica Catalina Gómez Guevara, especialista en dermatología.
¿Cómo proteger la piel de los niños pequeños? 
A partir del primer año de vida y hasta los tres años, los niños pueden estar expuestos al sol en horarios protegidos, siempre evitando la franja horaria entre las 10 y las 16 horas. Durante estos momentos, es fundamental combinar diferentes métodos de protección:
- Uso de protector solar físico o mineral, que protege contra la radiación UVA y UVB sin ser absorbido por la piel, evitando reacciones alérgicas.
 - Lentes de sol con filtro UV, gorros de ala ancha y ropa con protección solar.
 - Permanecer en la sombra siempre que sea posible y reforzar la hidratación.
 
El uso de protectores solares adecuados para niños mayores de tres años y adultos, además de evitar la exposición en horarios críticos, se pueden utilizar filtros solares tanto físicos como químicos. Estos últimos absorben la radiación y la transforman en inocua mediante una reacción química, aunque pueden generar reacciones alérgicas en pieles sensibles. Por esta razón, en menores de tres años se recomienda exclusivamente el uso de protectores físicos o minerales.
Conclusión
La fotoprotección es clave en todas las etapas de la vida, pero en bebés y niños pequeños requiere un cuidado especial. Evitar la exposición solar directa, usar métodos de protección adecuados y elegir el protector solar correcto son medidas esenciales para prevenir daños en la piel desde la infancia. Adoptar estos hábitos desde temprano no solo protege a los más pequeños, sino que también fomenta una conciencia saludable sobre el cuidado de la piel a lo largo de la vida.
			



