Los riesgos del cloro y la importancia del cuidado del agua
El verano despierta el deseo de compartir momentos refrescantes en la pileta, pero para los bebés, es fundamental tomar precauciones especiales. El agua de las piletas suele contener cloro en concentraciones que pueden resultar agresivas para su piel delicada, especialmente en los primeros meses de vida. Además, existe el riesgo de transmitir enfermedades, particularmente en las piletas públicas. Por esta razón, se recomienda evitar sumergir a los bebés menores de seis meses.
¿Qué es la matronatación y cómo puede ayudar?
La matronatación es una actividad acuática diseñada específicamente para bebés mayores de seis meses. A diferencia de las piletas comunes, las instalaciones para matronatación están preparadas para brindar seguridad: controlan la temperatura del agua y mantienen niveles de cloro apropiados para la piel sensible de los más pequeños. Por lo tanto, siempre que se cumplan estas condiciones, esta práctica es segura y beneficiosa.
“La matronatación ofrece una experiencia enriquecedora para los bebés, pero es crucial elegir espacios que respeten las normas de seguridad y cuidado del agua”, explica Agustina Xalambri.
Una de las preocupaciones más importantes al introducir a un bebé en el agua es su capacidad limitada para regular la temperatura corporal. Por eso, los tiempos de permanencia deben ser cortos para prevenir la hipotermia. A medida que crecen, lo ideal es que los niños dispongan de una pileta individual donde sea posible controlar la calidad y la temperatura del agua.
El uso de dispositivos de flotación es común, pero es esencial comprender que solo los chalecos salvavidas, seleccionados según la edad y el peso del niño, ofrecen una protección real contra el ahogamiento. Supervisión constante, tiempos de baño cortos y un entorno adecuado son claves para disfrutar del agua de manera segura.
Conclusión
Disfrutar del verano con tu bebé es posible si se toman las medidas adecuadas. Consulta con profesionales y elige espacios que prioricen la seguridad y el bienestar de los más pequeños. Así, el agua se convierte en una fuente de juego y aprendizaje sin riesgos innecesarios.