Durante la infancia, especialmente en los primeros años de vida, es completamente normal que los niños presenten múltiples episodios de mocos, tos y otras molestias respiratorias. De hecho, pueden atravesar hasta ocho infecciones respiratorias altas al año. Esto sucede porque están en pleno proceso de desarrollo inmunológico, al exponerse por primera vez a diferentes virus y bacterias.
Estas infecciones, generalmente virales, se presentan como cuadros agudos con síntomas como mucosidad, fiebre (a veces) y malestar general. En la mayoría de los casos, estos episodios no requieren tratamiento antibiótico y se resuelven espontáneamente en el lapso de siete a diez días.
¿Cuándo una infección respiratoria se vuelve preocupante?
Lo importante es saber identificar las señales de alarma. Un cuadro que comienza como una infección viral puede empeorar o presentar características que indican una posible complicación bacteriana. Por ejemplo:
- Fiebre persistente que no cede con el paso de los días.
- Mucosidad verdosa muy abundante o unilateral (sólo de un lado).
- Empeoramiento progresivo de los síntomas.
En estos casos, es fundamental realizar una evaluación médica adecuada para determinar si se necesita iniciar un tratamiento con antibióticos u otras intervenciones.
“El color del moco, por sí solo, no define la necesidad de antibióticos. Lo que debe preocuparnos es la evolución del cuadro”, aclara la Dra. Natalia Muller, otorrinolaringóloga y pediatra.
Acudir al pediatra ante la sospecha de un cuadro complicado es clave para evitar tratamientos innecesarios o para iniciar a tiempo la medicación apropiada. Las consultas frecuentes, cuando están bien orientadas, no son un exceso, sino una muestra de atención y prevención responsable.
También es importante que las familias reciban información clara sobre cómo se desarrollan las defensas en los primeros años y cómo interpretar los signos del cuerpo. El acompañamiento médico informado ayuda a reducir la ansiedad y a tomar decisiones más seguras para la salud del niño.
Conclusión
Las infecciones respiratorias recurrentes son parte del crecimiento y maduración del sistema inmunológico infantil. Reconocer cuándo un cuadro necesita simplemente tiempo y cuidados básicos, y cuándo requiere atención médica, es fundamental para evitar intervenciones innecesarias y proteger la salud del niño. Ante la duda, siempre es mejor consultar con un profesional que pueda orientar adecuadamente cada situación.