El sueño no solo es un momento de descanso; es crucial para el crecimiento y la maduración del cerebro de los bebés. Al igual que en los adultos, el sueño de los niños tiene diferentes fases que son esenciales para el aprendizaje, la memoria y el desarrollo cognitivo. Sin embargo, el ciclo del sueño en los bebés es muy diferente al de los adultos, adaptándose a sus necesidades biológicas y de desarrollo.
En los adultos, el sueño se divide en dos grandes grupos: el sueño no REM y el REM, que a su vez se subdivide en varias fases. Este ciclo se repite durante toda la noche. En los bebés, en cambio, solo pasan por dos fases principales: el sueño REM (donde se consolidan aprendizajes y se retiene información) y el sueño profundo. Estos ciclos se repiten más rápidamente, cada 50 a 60 minutos, y son clave para el desarrollo cerebral durante los primeros meses de vida.
Desde el nacimiento hasta los tres meses, los bebés necesitan dormir alrededor de 15 horas al día, un tiempo esencial para su desarrollo. Durante este período, el sueño sigue evolucionando, adaptándose al crecimiento y los cambios biológicos. A partir del tercer mes, los bebés comienzan a entrar más profundamente en la fase profunda del sueño, aunque las fases del sueño no REM todavía no están completamente subdivididas. Es a partir de los seis meses cuando el ciclo de sueño se va pareciendo más al de los adultos.
Despertares nocturnos: ¿es normal?
Es común que los bebés tengan despertares nocturnos entre los seis y los 11 meses, un fenómeno que continuará hasta los tres años. Aunque el ciclo del sueño cambia con el tiempo, los despertares nocturnos son una parte normal del desarrollo y no deben ser motivo de preocupación.
Durante el sueño, el cerebro de los bebés no solo descansa, sino que también se está desarrollando activamente. El sueño REM, en particular, es fundamental para la consolidación de la memoria y el aprendizaje. Esto resalta la importancia de un buen patrón de sueño, ya que puede tener un impacto directo en el bienestar y el desarrollo cognitivo de tu bebé.
La Dra. Ximena Schejtman, médica otorrinolaringóloga y especialista en Medicina del Sueño, señala que “aunque los despertares nocturnos son parte natural del desarrollo de los bebés, a medida que crecen y su ciclo de sueño se va consolidando, estos episodios tienden a disminuir. Sin embargo, es importante estar atentos a su frecuencia y duración, ya que podrían indicar la necesidad de un seguimiento más cercano”.
Conclusión
El sueño es un proceso vital para el desarrollo de los bebés. Aunque sus ciclos y fases son diferentes a los de los adultos, cada fase cumple una función crucial en su crecimiento. Es fundamental comprender cómo evoluciona el sueño en los primeros años de vida para asegurarse de que tu bebé esté descansando lo suficiente para un desarrollo óptimo.