La importancia de elegir el momento adecuado para una intervención ocular
La cirugía láser es una alternativa segura y eficaz para quienes desean mejorar su visión y dejar atrás los anteojos. Sin embargo, no todos los momentos de la vida son ideales para realizarla. Durante el embarazo, el cuerpo de la mujer atraviesa una serie de transformaciones físicas y hormonales que también pueden afectar la visión, de forma temporal. Comprender estos cambios y saber cuándo intervenir es clave para garantizar resultados óptimos.
¿Por qué se realiza una cirugía láser ocular?
La cirugía láser tiene como objetivo corregir defectos refractivos del ojo, como la miopía, hipermetropía o astigmatismo. Estos errores impiden que la luz se enfoque correctamente en la retina, generando una imagen borrosa. A través del láser, se modifica la forma de la córnea para que la luz se concentre en un punto preciso de la retina, logrando una visión más nítida y reduciendo o eliminando la necesidad de usar anteojos.
“Cuando realizamos una cirugía láser es porque el ojo no logra formar una imagen nítida por sí solo. Al modificar la córnea, logramos enfocar la luz correctamente en la retina”, explica el Dr. Martín Ertola, médico oftalmólogo.
Durante el embarazo se producen alteraciones hormonales y físicas que pueden generar una visión levemente desenfocada. Aunque estos cambios suelen ser pasajeros, pueden llevar a la falsa percepción de una mayor necesidad de corrección visual.
En este contexto, no es recomendable realizar modificaciones visuales, ya sean clínicas o quirúrgicas. Tampoco se aconseja cambiar los anteojos, ya que la graduación actual puede estar influenciada por estos cambios temporales.
Una vez finalizado el embarazo, la visión tiende a estabilizarse de forma natural. Se recomienda esperar al menos seis meses después del parto para evaluar nuevamente la agudeza visual. Si después de ese período la fórmula del anteojo se mantiene sin cambios durante un año completo, la paciente puede ser candidata a una cirugía láser sin restricciones vinculadas a su embarazo.
Elegir cuándo realizar una cirugía láser es una decisión que debe tomarse con información precisa y acompañamiento profesional. Comprender el impacto de los cambios hormonales sobre la visión permite evitar intervenciones innecesarias y asegura resultados más duraderos y satisfactorios.
Conclusión
La cirugía láser puede mejorar significativamente la calidad de vida de una persona. Sin embargo, en el caso de mujeres embarazadas o que acaban de dar a luz, es fundamental tener en cuenta los tiempos del cuerpo y esperar el momento adecuado. Con el asesoramiento profesional indicado, es posible planificar la intervención de forma segura y efectiva, priorizando siempre el bienestar integral de cada paciente.