Cuidar de la higiene de nuestros bebés es parte de su bienestar diario, pero hay zonas que requieren especial atención y mucha delicadeza: la nariz y los oídos. En estos casos, menos es más. La limpieza debe ser suave, segura y respetar la anatomía del bebé para evitar lesiones o molestias.
En el caso de los oídos, es importante recordar que los hisopos no deben introducirse en el conducto auditivo. Aunque pueda parecer una herramienta útil, en realidad puede empujar la cera hacia adentro, irritar la piel o, en el peor de los casos, dañar el tímpano. La limpieza debe limitarse a la parte externa de la oreja, utilizando una toalla fina o una gasa suave. Un buen límite a tener en cuenta es el tamaño del dedo meñique: nunca ir más allá de lo que este alcance.
La nariz, en cambio, suele necesitar más atención, ya que los mocos son frecuentes en todas las etapas del desarrollo. Una nariz congestionada puede afectar la respiración, el sueño y la alimentación del bebé. Mantener las fosas nasales libres y fluidas es clave. Para lograrlo, se puede recurrir a un humidificador en el ambiente —sin abusar de su uso— y, sobre todo, a soluciones salinas o fisiológicas que ayudan a humectar y despejar la vía nasal.
Cuando la mucosidad está más espesa o seca, es recomendable humedecerla primero antes de intentar retirarla. Con suavidad, se puede levantar la punta de la nariz para observar mejor con ayuda de una luz, y luego eliminar el exceso visible con un hisopo únicamente en la parte externa, sin introducirlo. Esto evita irritaciones y respeta la delicada estructura interna de la nariz del bebé.
Conclusión
La higiene de nariz y oídos en los bebés no se trata de llegar “más profundo”, sino de ser cuidadosos y respetuosos con su cuerpo. Pequeñas acciones, como humedecer el ambiente, usar solución salina o limpiar solo la parte externa, marcan la diferencia para prevenir molestias y favorecer su respiración y descanso. Y ante cualquier duda o congestión persistente, siempre es recomendable consultar con el pediatra. Porque cuidar de ellos también significa cuidar cada detalle, incluso los más pequeños.